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Problemas y fallas comunes de un turbocargador

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    Muchos de los motores actuales utilizan turbocargadores para proporcionar un impulso de potencia y/o aumentar la eficiencia. Un turbo, o dispositivo de inducción forzada impulsado por turbina, funciona empujando aire adicional a los cilindros del motor para aumentar la potencia al quemar el combustible de manera más eficiente.

    Si bien suele ser un componente confiable y duradero, existen varios problemas comunes del turbo que pueden provocar cualquier cosa, desde una disminución del rendimiento hasta la destrucción del motor.

    Señales de un turbo defectuoso

    Prestar mucha atención al funcionamiento de su motor y realizar inspecciones y servicios regulares es una forma inteligente de estar al tanto del mantenimiento y el cuidado preventivo del motor. Cualquier cambio notable en el rendimiento o el sonido del motor significa que algo ha cambiado y debe ser investigado. Si nota signos de un problema con el turbocargador, como fugas de aceite o un cambio en el sonido… es fundamental que lo revisen lo antes posible. También debe tener en cuenta la presión de sobrealimentación normal a la que funciona el motor… e investigar cualquier cambio importante en la presión o la causa de la luz de verificación del motor (CEL) o la luz de iluminación de mal funcionamiento (MIL).

    Indicadores de problemas comunes del turbo:

    Aceleración reducida: dado que el turbocompresor es responsable de proporcionar potencia adicional a su motor, una de las formas más fáciles de reconocer que está fallando es cuando nota una falta de aceleración al salir de la línea y en todo el rango de velocidades.

    Aumento del consumo de aceite: un turbo defectuoso tiende a quemar (o perder) aceite más rápidamente. Lleve un registro de la frecuencia con la que necesita agregar más aceite y esté atento a fugas y signos de obstrucciones y depósitos.

    Humo: El olor y la vista del humo que sale del tubo de escape cuenta una historia… Cuando arranca el motor por primera vez, el humo blanco es combustible no quemado; hasta que el motor se calienta y el turbo está “a velocidad”, esto es normal.

    A medida que el motor se calienta, el humo nunca es una buena señal; el humo indica que hay aceite de motor presente (anillos, sellos de válvulas defectuosos o un problema importante con el sello de aceite en el turbo).

    El humo negro es combustible no quemado que se desperdicia… esto sucede cuando no hay suficiente aire de impulso para quemar el combustible por completo; esto podría deberse a un turbo desgastado o defectuoso, fugas u obstrucciones en las tuberías o en el intercooler/postenfriador.

    Ruido excesivo: Los ruidos inusuales provenientes del motor nunca son buenos. Pero si escucha un fuerte chirrido, podría deberse a un flujo de aire reducido o a la lubricación de la unidad turbo.

    Razones de las fallas comunes del turbocompresor

    Los problemas del turbo son causados ​​por una variedad de factores como la falta de lubricación, la contaminación del aceite, el uso fuera de las especificaciones estándar y el desgaste regular. Los siguientes son algunos problemas y fallas comunes del turbo:

    Las carcasas agrietadas y/o los sellos desgastados permiten que el aire se escape y hacen que el turbocargador trabaje más y se desgaste más rápido.

    La acumulación de depósitos de contaminantes que viajan a través del sistema pueden dañar los componentes internos del motor.

    La presencia de objetos extraños, como polvo o residuos que ingresan a la turbina o a la carcasa del compresor, puede causar daños a la rueda del compresor o al conjunto de la boquilla. (Algunos turbos giran a más de 300.000 RPM… no se necesita mucho a esa velocidad para destruir una turbina o una rueda de compresor).

    Las fugas en el sistema de admisión de aire aumentan la tensión sobre el turbocompresor, ya que trabaja para compensar la falta de aire.

    Los filtros de partículas diésel bloqueados o parcialmente bloqueados impiden que los gases de escape fluyan libremente a través del sistema, causando una variedad de problemas. El turbo gira como resultado de la expansión del aire caliente de la combustión… cuando este aire está restringido, el turbo no puede obtener la velocidad óptima, por lo tanto la potencia es baja y hay humo negro… en casos extremos, el lado (caliente) de la turbina El turbo puede calentarse mucho más de lo diseñado y los sellos se vuelven quebradizos y fallan, causando de todo, desde fugas hasta un posible motor fuera de control, que puede acelerar excesivamente y destruirse.

    Pensamiento final

    Contrariamente a la creencia popular, los turbocargadores son dispositivos mecánicos relativamente simples y bastante confiables cuando se cuidan. Lo importante que hay que recordar es que los turbocargadores necesitan buena lubricación, buena respiración (sistemas de admisión y escape abiertos) y tiempo para funcionar. Si les da mantenimiento regularmente, los trata correctamente e invierte en lubricación de alta calidad, seguramente llegarán hasta el final y más.

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